Esperar...
Esperar al primer día del año.
Esperar para volver a escribir en el ciberespacio.
Siempre esperando a que me lleguen las cosas.
Pero ya no.
Ese es mi propósito para el año que recién nacerá.
Esperar...
Esperar al primer día del año.
Esperar para volver a escribir en el ciberespacio.
Siempre esperando a que me lleguen las cosas.
Pero ya no.
Ese es mi propósito para el año que recién nacerá.
Hoy voy a hablar sobre lo que caracteriza a toda sitcom americanas.
1. Duración
Cada capítulo está comprendido entre los 21-22 y los 28-30 minutos, aunque son mayoría las de menor duración. Eso sí, sea cual su duración todos los capítulos tendrán la misma (excepto los especiales de navidad o Hallowen en ocasiones).
2. Escasos escenarios
Las sitcom se sustentan sobre dos-tres escenarios alrededor de los cuales gira toda la acción. Por ejemplo en “Friends” los distintos arcos argumentales se sitúan entre la casa de Mónica, la casa de Chandler y Joey y el “Central Perk”. Esto no quiere decir que existan múltiples escenarios a lo largo de la serie, sin embargo estos son puntuales, solo aparecen para situar una determinada historia. No ocurre así con los escenarios fijos que cumplen la función de situar al espectador y tomarlos como referencia, como un lugar conocido que siempre asociarás a la serie.
[caption id="" align="alignnone" width="259" caption="Chandler, Ross y Joey en el Central Perk"][/caption]
3. Personajes planos
La sitcom debe ser un mundo aislado y perfecto y como tal su personajes también deben ser, en cierta forma, aislados y perfectos. Dicho de otro modo, los personajes no evolucionan a lo largo de toda la serie. Seguirán siendo los mismos tanto en el primer capítulo como en el 64. Por supuesto les pasan miles de cosas pero en esencia no cambian puesto que están anclados a esos escenarios fijos de los que no pueden escapar.
4. Estructura narrativa
Al igual que cada serie tiene idéntica duración, también tienen idéntica estructura narrativa en cada episodio. Lo habitual es que se desarrollen dos arcos argumentales, dos historias en la que una lleva el peso del episodio y otra secundaria que actúa como vía de escape y que normalmente es la más cómica. También pueden desarrollarse tres, o solo una. Las variaciones son innumerables, pero siempre se procurará seguir el mismo esquema para que, una vez más, el espectador la reconozca, sin sorpresas. Una de las más rígidas y evidentes que recuerdo es la de la serie "Padres forzosos", que se repetía como un calco.
5. Tensión sexual no resuelta
Hago un punto más con este recurso narrativo, el más utilizado a lo largo de la historia, no solo de las sitcom, sino del cine y la televisión y es el que hace que avance y perduren la gran mayoría de series y películas. Consiste, brevemente, en el chic@ quiere a chic@ pero uno de ellos no le corresponde. Así, siempre existirá ese transfondo amoroso, esa "tensión sexual" entre dos de los protagonistas. Para muchos guionistas (y para todos los productores...) es un recurso imprescindible para el éxito de la serie. Aunque también hay que tener cuidado pues si se abusa de él puede volverse en tu contra y el espectador se canse de esa tensión sin que suceda nada entre ellos dos. Pero si se lleva con maestría puede ser el motor que lleve al éxito de la serie.
Claro que no todas las sitcom cumplen con estos cinco puntos, pero al menos todas sí comparten con alguno o algunos de ellos. Y, como no, están las que rompen con las convecciones y sobresalen de la media. Pero de eso hablaré otro día.
Un antiguo filósofo griego dijo alguna vez que en la vida existían dos opciones: descansar o ser libre. En mi caso estuve derrumbado sobre un sillón la mayor parte de mi vida, aunque creo que más bien por inercia que por servilismo. Era mucho más cómodo desaparecer entre mi mundo, que enfrentarme a la ingratitud de la sociedad. Siempre disfruté más jugando solo que con cualquiera de mis escasos amigos. Se entrometían en mis silencios y mis batallas de soldados de juguete. Pero debía convivir en sociedad y si me apetecía jugar solo con mis juguetes y mis libros, se colgaba la etiqueta de tímido y reservado. Quizás fuera cierto aquella distinción, aunque tal vez no dejaran expresar mi verdadera identidad.
Pero decidí ser libre. Como dijo Borges, un mañana te levantas y descubres realmente quien eres. Aún no he descubierto quién soy, pero de lo que sí estoy seguro es de quién no soy. Desde el momento en que deje de escribir esta entrada intentaré, en la medida de mis posibilidades y las de la sociedad, no encarnar más otro personaje.
Uno de los poetas de la famosa Generación del 27. Para él, lo aparente, lo que vemos y palpamos, nos oculta el auténtico fondo de las cosas. Así, su poesía busca esa realidad profunda. Por tanto presenta los objetos y las personas fuera de su circunstancias, como algo esencial. (La amada es siempre un “tú” que no tiene rasgos definidos).
Sin embargo tiene lenguaje sencillo, sobrio, casi cotidiano y natural.
En 1933 publica La voz a ti debida, el libro más importante de Salinas y uno de los libros de poesía amorosa del siglo XX español.
Está dedicada a un único amor, que se trata en su proceso: desde las dudas iniciales hasta la separación y la soledad o la nada final, pasando por los momentos de pasión culminante. Pero no va a través de una sucesión temporal, sino que nos lleva para que perdamos el hilo de la narración lineal.