jueves, 23 de febrero de 2012

Escalofríos

A veces cruzas tu mirada con una desconocida y sientes ese escalofrío que te recorre toda la espina dorsal. Pero sucede en el vagón de un tren atestado, en la cola de un supermercado o en el último asiento del autobús de la linea que casi nunca coges. Y lo dejas pasar... Lo dejas pasar porque sería demasiado extraño o demasiado atrevido acercarte a ella y decirle que tiene los ojos más bellos de todo el autobús, de todo el vagón, de todo el supermercado... Decirle que tu mundo se paró cuando se cruzó su mirada con la tuya. Que serías el hombre más feliz del mundo si tan solo te dejara invitarla a un café y contarnos nuestros sueños. Pero no lo haces. Lo dejas pasar y te dices a ti mismo que tendría novio, que se reiría de ti, que no merecería la pena. Y la olvidas. Y sigues adelante...

La próxima vez que me clave en la mirada de una desconocida prometo al menos intentarlo.

2 comentarios:

  1. Es extraña esa sensación, ese escalofrío capaz de penetrar en lo más profundo del alma, de desnudar sin necesidad de tocar... auténtica feniletilamina.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta esa imagen: "desnudar si necesidad de tocar". Gracias por comentar. :) ¡Espero que me sigas leyendo!

    ResponderEliminar